16 noviembre, 2018

Boletín EME-5: Género y Microemprendimiento


En relación al microemprendedor:

  • El 39,2 % de los emprendimientos son de mujeres. La mayor concentración de emprendimientos de mujeres se encuentra en la Región Metropolitana (44,8 %). Por otro lado, la región que presenta el mayor balance según sexo corresponde a Atacama (48,2 % de emprendimientos de mujeres y 51,8 % de hombres), mientras que Magallanes presenta la mayor diferencia (28 % de emprendimientos de mujeres y 72 % de hombres).
  • Las microemprendedoras son más jovenes y tienen, en promedio, 49 años. Los hombres tienen en promedio 51 años. Sin embargo, se observan microemprendedores hombres desde los 17 años, mientras que las mujeres emprendedoras más jovenes tienen 18 años.
  • La principal motivación para emprender es obtener mayores ingresos (hombres 26,7 % y mujeres 26 %). La segunda motivación de las mujeres corresponde a responsabilidades familiares (mujeres 19,9 % y en contraste hombres 3,8 %).
  • Un porcentaje similar de hombres y mujeres desarrolla una segunda actividad económica ( hombres 15,8 % y mujeres 15,5 %). El principal rol en la actividad paralela corresponde a trabajador por cuenta propia (hombres 71,5 % y mujeres 68 %), mientras que se observan fuertes diferencias de roles según sexo, en servicio doméstico (hombres 0,1 % y mujeres 5,8 %), al igual que en dueño o socio de otra empresa (hombres 11,3 % y mujeres 8,2 %).
  • Una menor proporción de mujeres se despeñó como asalariada u obrero antes de su negocio actual (hombres 79,8 % y mujeres 68,3 %). Siendo responsabilidades familiares la principal razón de las mujeres para dejar este último trabajo (hombres 4 % y mujeres 31,9 %).
  • El principal beneficio de ser independiente, indicado por las mujeres, es que le permite realizar tareas domésticas (hombres 17,3 % y mujeres 59,2 %), mientras que la segunda razón corresponde a que le permite ajustar las horas trabajadas (hombres 48,5 % y mujeres 51 %).
  • Una menor proporción de mujeres se asigna formalmente un sueldo en el negocio (hombres 12,9 % y mujeres 9,1 %). Es mas, dentro de este grupo, las mujeres se asignan un sueldo, en promedio 28,6 % menor al que se asignan los hombres.
  • Una proporción similar paga al menos un tipo de cotización (hombres 41,9 % y mujeres 41,2 %). Sin embargo, se observa únicamente una mayor proporción de mujeres pagando cotizaciones de salud (hombres 39,4 % y mujeres 41 %).
  • Las emprendedoras se capacitan más (hombres 16,7 % y mujeres 26,2 %). La principal fuente de financiamiento de las mujeres corresponde a organismos públicos o sin fines de lucro (hombres 41,8 % y mujeres 65,1 %).
  • Para las mujeres, el principal beneficio de capacitarse corresponde a mejorar la calidad de los productos o servicios (hombres 46,1 % y mujeres 39,2 %), seguido de aumentar las ventas (hombres 8,4 % y mujeres 20,7 %).

En relación al microemprendimiento:

  • Los negocios de mujeres se concentran en comercio (34,9 %), servicios (33,6 %) e industrias manufactureras (20,2 %), aquellos que pertenecen a hombres en comercio (24,9 %), construcción (18,4 %), servicios (18 %), agricultura y pesca (14,2 %) y transporte y almacenamiento (11,9 %).
  • Los microemprendimientos en manos de mujeres son más nuevos que aquellos en manos de hombres. En promedio los negocios de mujeres tiene una edad de once años y registra una mediana de siete, mientras que los negocios de hombres registran una edad promedio de quince y una mediana de doce años.
  • Más de tres cuartos de los negocios funciona permanentemente, independiente del sexo del dueño. Los microemprendimientos temporales son más prevalentes entre mujeres que entre hombres (25,2 % versus 22,5 %).
  • El 45,8 % de los negocios de mujeres funcionan dentro de su vivienda, en tanto, el 80 % de los de hombres funciona fuera de las dependencias de su hogar, siendo especialmente relevante la realización de trabajos a domicilio.
  • La informalidad es más prevalente entre los negocios de mujeres que en los de hombres (55,3 % versus 50,3 % respectivamente), al igual que en 2015. En el caso de los microemprendimientos de mujeres la informalidad se redujo 0,2 p.p., mientras que en los de hombres se incrementó 0,6 p.p.
  • Los negocios en manos de mujeres perciben utilidades por la mitad que la de los hombres ($565.665 versus $1.069.603). Al controlar por horas trabajadas, la brecha entre ambos grupos se mantiene, pero su magnitud disminuye.
  • Del universo de trabajadores empleados en los microemprendimientos el 61,3 % son hombres, el 37,5 % mujeres, mientras que el 1,1 % restante no registra información según sexo.
  • Los negocios de hombres que registraron un incremento neto en el número de asalariados alcanza 10,9 % versus 11,2 % en los de mujeres. En el caso de los familiares que no perciben remuneraciones la variación neta es positiva entre las mujeres (4,5 %), mientras que entre los hombres es negativa y cercana a cero (-0,4 %).
  • Las microemprendedoras disponen proporcionalmente menos herramientas y equipos que los hombres en todas las categorías. Especialmente llamativa es la diferencia entre el porcentaje que dispone vehículo para fines de la actividad entre ambos sexos (29,4 p.p.)

En relación a los negocios permanentes, agrupados según antigüedad1 y formalidad:

  • Existe una mayor contratación de trabajadores en negocios de mujeres con antigüedad menor a tres años (51,1 %) que lo observado en hombres (54,1 %). Sorprende que las menores contrataciones se dan en negocios informales con antigüedad mayor a tres años (hombres 20,7 % y mujeres 16,1 %).
  • Una gran mayoría de los negocios de las mujeres se encuentra con ganancias por debajo de 257 mil pesos mensuales (hombres 35,1 % y mujeres 66,9 %), lo cual es todavía más agudo en el caso de los informales, incluso cuando tienen más de tres años (88,1 % de estos emprendimientos). Este fenómeno es fuertemente menor en el caso de los emprendedores hombres (48,8 %).
  • Se observa una pequeña brecha de género en solicitudes de crédito dentro de los negocios menores a tres años (hombres 16 % y mujeres 13,7 %). Mientras que en los negocios con más de tres años esta brecha es aún mayor, siendo los formales el grupo con mayor diferencia (hombres 44,7% y mujeres 31,7%).
  • Los emprendimientos de hombres venden más fuera de su región. Esta brecha se intensifica en los negocios formales (hombres 36,6 % y mujeres 20,2 %).